
A PATRICIO
Un hijo es una herida que se nos abre en el alma,
que sangra almíbar y hiel, alejándonos la calma.
Es un llenarse los ojos de lágrimas al mirarlo,
desbordando el corazón sus límites para amarlo.
Es quitarse para siempre la venda de la inconciencia
y ver el camino claro, acumulando experiencia,
para ofrecerle una vida sin tropiezos, ni dolor ...
A la luz de nuestro amparo siempre encontrará calor.
Es encontrarse en la cumbre del sublime sentimiento
donde se mezcla el placer, la dicha y el sufrimiento.
Es recorrer con holgura la senda del sacrificio.
Es lo dulce ... La ilusión ... Es el Amor ... Es Patricio!!!
MAMÁ
28-5-71